jueves, 22 de julio de 2010

La Religión

A. LA RELIGIÓN COMO FENÓMENO UNIVERSAL. El hombre ha sido descrito como un ser “incurablemente religioso”. Es otra manera de decir que la religión es un fenómeno universal. Los misioneros testifican de su presencia en una u otra forma entre todas las naciones y tribus de la tierra. Es uno de los fenómenos más destacados de la vida del hombre, algo que penetra hasta las fuentes más profundas de su existencia espiritual, que controla sus pensamientos, conmueve sus emociones y dirige sus actos. Mientras que generalmente es aclamada como una de las más grandes bendiciones de la humanidad, hay algunos que la denuncian como uno de los factores más perniciosos en la vida del mundo. Pero aun sus más grandes enemigos no pueden negar su significado supremo y su influencia tremenda en las vidas de individuos y naciones. De una manera natural, la religión demanda la atención de toda persona que piensa en serio. El filósofo Hume, aunque radicalmente escéptico y opuesto a lo sobrenatural, dijo una vez: “Busque usted un pueblo sin religión, y si lo puede encontrar, tenga la seguridad de que no estará muy lejos de ser como las bestias”.

B. LA NATURALEZA ESENCIAL DE LA RELIGIÓN. ¿Qué es la religión? En nuestros días muchos buscan una contestación a esta pregunta estudiando las religiones del mundo y las diferentes manifestaciones de la religión en la vida humana. Por medio de un estudio comparativo creen que es posible descubrir la verdadera naturaleza de la religión; además, insisten en que es posible dar una definición lo suficientemente amplia como para cubrir todas las formas en las cuales la vida religiosa se manifiesta entre las naciones del mundo. Pero este no es el método apropiado a seguir, ya que, aunque nos pueda dar una noción con respecto a las manifestaciones actuales de la vida religiosa del mundo, no nos ayuda a determinar cuál es la verdadera naturaleza de la religión. Solamente la Biblia nos puede proporcionar un concepto adecuado de la naturaleza de la religión.

La religión tiene que ver con la relación del hombre con Dios. Sin embargo, el hombre no tiene el derecho de determinar la naturaleza de esta relación. Es prerrogativa de Dios especificar cómo el hombre debe relacionarse con él, y Dios lo hace en su divina Palabra. La palabra “religión” se deriva muy probablemente de la palabra latina relegere, que significa volver a leer, repetir, observar cuidadosamente, y con frecuencia se usaba para designar la observancia constante y diligente de todo lo que pertenecía al culto de los dioses. En el Antiguo Testamento se describe la religión como “el temor del Señor”. Este temor no es lo mismo que el “terror”, que es tan característico de la religiones paganas, aunque a veces un sentimiento de terror no está complemente ausente. Se puede describir como un sentimiento de respeto reverente hacia Dios, templado con temor, y un medio a la desobediencia o (a veces) al castigo por la desobediencia. Como tal, representa la respuesta del israelita piadoso a la revelación de la ley del Antiguo Testamento.

En el Nuevo Testamento el mensaje del evangelio ocupa el lugar prominente, y la respuesta del hombre a la revelación divina toma una forma algo diferente, a saber, la forma de “la fe”. Aunque hay otros términos para designar la religión en el Nuevo Testamento, tales como piedad (1 Tim. 2:10)[i] y temor reverente (He. 5:7)[ii], la palabra “fe” sirve generalmente para describir la actitud religiosa del hombre. Por la fe aceptamos como verdadero el testimonio de Dios en su Palabra, y nos entregamos a él para nuestra salvación, según la revelación de sí mismo en Jesucristo. En el Nuevo Testamento el elemento confianza está en primer plano. La respuesta del hombre al glorioso mensaje de la redención es la fe, que consiste en una confianza como de un niño en Jesucristo y al mismo tiempo es una fuente de amor a Dios y de dedicación a su servicio.

A la luz de la Escritura entendemos que la palabra “religión” denota una relación del hombre con Dios. El elemento característico de la religión se halla en la piedad, el temor, la fe, el sentimiento de dependencia, etc. Sin embargo, todos estos son afectos que se pueden sentir también con referencia al hombre. Lo que es realmente característico en la religión es que el hombre es consciente tanto de la majestad absoluta y el poder infinito de Dios, como de su completa insignificancia e importancia absoluta. Esto no quiere decir, sin embargo, que la religión es meramente un asunto de las emociones, ni tampoco que es un asunto de las emociones, ni tampoco que es una necesidad impuesta al hombre. En la religión, la relación del hombre con Dios, es una relación consciente y voluntaria, que antes que esclavizarle, le conduce al goce de la libertad suprema. Se puede definir la religión como una relación espiritual consciente y voluntaria con Dios, que se expresa en la totalidad de la vida y particularmente en ciertos actos de culto. Dios mismo determina la adoración, el culto, y el servicio que le agradan. Todo culto arbitrario y contrario a la Palabra de Dios está absolutamente prohibido.

C. EL ASIENTO DE LA RELIGIÓN. Las opiniones difieren muchísimo con respecto al asiento de la religión en el alma humana. Algunos pierden de vista el significado central de la religión en la vida del hombre, y opinan que en ella tiene su asiento en una de las determinadas facultades del alma y que funciona a través de esa facultad. Otros acentúan el hecho que toda la naturaleza psíquica del hombre está envuelta en la vida religiosa.

1. PUNTOS DE VISTA UNILATERALES ACERCA DEL ASIENTO DE LA RELIGIÓN. Algunos hallan el asiento de la religión en el intelecto. Consideran la religión como un tipo de conocimiento, una especie de filosofía incompleta, y por tanto, virtualmente hacen que la medida del conocimiento, una especie de filosofía incompleta, y por tanto, virtualmente hacen que la medida del conocimiento acerca de Dios sea la medida de la piedad del hombre. Otros localizan la religión en los sentimientos. Según ellos, la religión tiene poco o nada que ver con el conocimiento, porque es meramente un sentimiento de dependencia de algún ser superior. En realidad el hombre no conoce a Dios, sino que se da cuenta de su presencia en lo más íntimo de su alma. Hay otros que opinan que la religión tiene un asiento en la voluntad. El hombre se da cuenta de la voz imperativa de su conciencia, que le ordena el camino a seguir. En la religión el ser humano reconoce los deberes prescritos por la conciencia como mandatos divinos. Según este punto de vista la religión es, sencillamente, moralidad práctica. Ahora bien estos puntos vista no hacen justicia al lugar fundamental y céntrico de la religión en la vida humana. Son contrarios a la Escritura y aun a la psicología moderna, porque no reconocen la unidad fundamental del alma humana y proceden sobre la suposición de que una de las facultades del alma puede actuar aparte de las demás. En la religión, el hombre siempre actúa con todas sus facultades del alma puede actuar aparte de las demás. En la religión, el hombre siempre actúa con todas sus facultades.

2. EL PUNTO DE VISTA BIBLICO ACERCA DEL ASIENTO DE LA RELIGIÓN. El único concepto correcto y bíblico es que la religión tiene su asiento en el corazón. En la psicología bíblica el corazón es el centro y la fuente de la vida moral del hombre, el órgano personal del alma. Del corazón mana toda la vida, los pensamientos, las acciones y las emociones. La religión tiene sus raíces en la imagen de Dios; esa imagen es céntrica, y se manifiesta en todo el ser humano con todos sus talentos y poderes. En consecuencia, la relación del hombre con Dios es también céntrica, y envuelve al hombre entero. El hombre debe amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, y con toda la mente. El hombre debe consagrarse a él de una manera completa, en cuerpo y alma, con todos sus dones y talentos, y en todas las relaciones de la vida. Ya que la religión tiene su asiento en el corazón, ella abarca al hombre entero con todos sus pensamientos, sentimientos y acciones. El hombre debe dar su corazón al Señor (Dt. 30:6;[iii] Pr. 23:26[iv]). En la religión, el corazón controla el intelecto (Ro. 10:13, 14[v]; He. 11:6[vi]), los sentimientos (Sal. 28:7[vii]; 30:12[viii]), y la voluntad (Ro. 2:10, 13[ix]; Stg. 1:27[x]; 1 Jn. 1:5-7[xi]). El hombre enero está subordinado a Dios en todas las esferas de la vida. Este es el único punto de vista que hace justicia a la religión, y que reconoce su importancia suprema en la vida del hombre.

D. EL ORIGEN DE LA RELIGIÓN. La cuestión del origen de la religión ocupo la atención de muchos eruditos durante el siglo pasado, y aun hoy ocupa un lugar importante en los escritos sobre religión. Bajo la influencia de la teoría de la evolución algunos parten del supuesto de que el hombre se desarrolló desde un ser no religioso a un ser religioso y entonces hacen grandes esfuerzos para demostrar cómo se efectúo la transición. Sin embargo, los que buscan la solución del problema a la luz de la revelación de Dios llegan a una conclusión muy diferente. Afirman que el hombre fue creado como un ser religioso.

1. PUNTOS DE VISTA NATURALISTAS DEL ORIGEN DE LA RELIGIÓN. Algunos consideran la religión como el producto de la astucia de sacerdotes o de la habilidad de gobernantes, quienes explotaban la credulidad y los y los temores de las masas ignorantes para obtener y mantener dominio sobre ellas. Otros han señalado el culto fetichista (es decir, la adoración de objetos inanimados que fueron considerados sagrados, tales como piedras, palos, huesos, garras, etc.) como la semilla de la cual brotaron las formas más elevadas de religión. Aun otros han sugerido que la adoración de espíritus, posiblemente los espíritus de antepasados difuntos, fue la forma más fundamental de la religión, y que de ella se desarrollaron gradualmente todas las otras formas. Una idea muy popular es que la adoración de la naturaleza gradualmente dio origen a la religión. El ser humano se sentía débil y desamparado frente a los grandes e imponentes fenómenos de la naturaleza, y así fue conducido a adorar estos fenómenos o las fuerzas invisibles de las cuales los fenómenos eran solamente manifestaciones externas. Más recientemente se han hecho popular entre algunos la idea de que la religión evolucionó de una creencia general en la magia. Sin embargo, estas teorías no explican el origen de la religión. Todas ellas comienzan con una suposición contraria a los hechos, a saber, que el hombre originalmente no era religioso. Pero no se ha descubierto jamás un ser humano no religioso, y, por lo tanto, ha sido ha sido imposible observar una religión en formación. Además, estas teorías parten de la suposición naturalistas de que la forma más rudimentaria de la religión es necesariamente la más antigua, y que por lo tanto, la religión es el resultado de una evolución puramente naturalista. No dan lugar a la posibilidad de una degeneración en la vida religiosa de la raza humana. Y finalmente, con frecuencia dan por sentada la cosa misma que deben explicar. Los sacerdotes engañosos, la adoración de fetiches y espíritus, el sentimiento de dependencia de un poder más alto, y la idea de algún poder invisible detrás de las fuerzas de la naturaleza – estas son las cosas que necesitan explicación. Ellas son, en si mismas, manifestaciones de la religión.

2. EL PUNTO DE VISTA BIBLICO DEL ORIGEN DE LA RELIGIÓN. La revelación especial de Dios nos da luz acerca del origen de la religión. Nos da a conocer el hecho de que la religión halla su explicación únicamente en Dios. Si queremos explicar el origen de la religión debemos comenzar con la presuposición que Dios existe, porque es inconcebible una religión verdadera sin Dios. Si la religión no se basa en la realidad, entonces es una ilusión falaz, que puede tener algún valor práctico en el presente pero que al final nos desilusionará. Además, ya que el hombre por sí mismo no puede descubrir y conocer a Dios, fue necesario que Dios se revelara. Sin esta autorevelación divina sería totalmente imposible para el hombre entrar en una relación religiosa con Dios. Dios sí se reveló, y en su autorevelación determinó la adoración y el culto que le son agradables. Pero aun esta autorevelación de Dios no hubiera sido válida para establecer una relación religiosa, si Dios no hubiera dotado al ser humano con la capacidad para entenderla y para responder a ella. La religión tiene su fundamento en la naturaleza misma del hombre y no le fue impuesta desde afuera. Es un error pensar que el hombre existió primero sino religión y que fue dotado con ella posteriormente como algo añadido a su ser. Creado a la imagen de Dios, el ser humano tiene una capacidad natural para recibir y apreciar la autorevelación de Dios. En virtud de su capacidad natural, el hombre busca la comunión con Dios, aunque ahora, debido al pecado, la busca de una manera equivocada. Unicamente bajo la influencia de la revelación especial del Espíritu Santo puede el pecador, al menos en principio, tributar a Dios el servicio que le es debido.

Preguntas de Repaso:

1. ¿Cómo intentan descubrir muchos en nuestros días la naturaleza esencial de la religión?

2. ¿Cuál es la única manera en que podemos llegar a conocer la naturaleza esencial en la religión?

3. ¿De dónde se deriva la palabra “religión”?

4. ¿Cuáles términos describen la actitud religiosa del hombre en el Antiguo y Nuevo Testamento?

5. ¿Cómo definiría usted la religión?

6. ¿Cuáles son los conceptos erróneos con respecto al asiento de la religión en el hombre?

7. Según las Escrituras, ¿cuál es el centro de la vida religiosa del hombre?

8. ¿Cuáles son las distintas explicaciones dadas en cuenta en cuanto al origen de la religión?

9. ¿Cuál es la única explicación satisfactoria?



[i] 1Ti 2:10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.

[ii] Heb 5:7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.

[iii] Deu 30:6 Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.

[iv] Pro 23:26 Dame, hijo mío, tu corazón,

Y miren tus ojos por mis caminos.

[v] Rom 10:13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Rom 10:14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

[vi] Heb 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

[vii] Sal 28:7 Jehová es mi fortaleza y mi escudo;

En él confió mi corazón, y fui ayudado,

Por lo que se gozó mi corazón,

Y con mi cántico le alabaré.

[viii] Sal 30:12 Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado.

Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.

[ix] Rom 2:10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego;

Rom 2:11 porque no hay acepción de personas para con Dios.

Rom 2:12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados;

Rom 2:13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.

[x] Stg 1:27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.

[xi] 1Jn 1:5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.

1Jn 1:6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;

1Jn 1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

Compilado por Déborah Piñero

Manual de Doctrina Cristiana.

De: Louis Berkhoff