La expresión Pentecostés (del griego pentekosté (heméra) "el quincuagésimo día") describe la fiesta del quincuagésimo día después del Domingo de Resurrección y que dentro del año litúrgico (calendario cristiano) de las distintas confesiones cristianas termina el tiempo pascual de los cincuenta días.
Durante Pentecostés se celebra el descenso del Espíritu Santo y el inicio de la actividad de la Iglesia, por ello también se le conoce como la celebración del Espíritu Santo o el nacimiento de la Iglesia.
El fondo histórico de tal celebración se basa en la fiesta semanal judía llamada Shavuot (fiesta de las semanas), durante la cual se celebra el quincuagésimo día de la aparición de Dios en el monte Sinaí, por lo tanto en el día de Pentecostés también se celebra la entrega de la Ley (mandamientos) al pueblo de Israel. Con esto se inicia el Pacto entre Dios e Israel, luego en Hechos 2, al manifestarse el Espíritu Santo se inicia esta nueva dimensión de relación con Dios en la realidad del Espíritu.
En las narraciones sobre Pentecostés de Hechos de los Apóstoles (2,1 - 41) se nos muestra al Espíritu Santo impartiendo sobre la iglesia sus dones y carismas, especialmente la impartición de lenguas, e impulsándole a dar testimonio de Cristo con valentía y libertad. A partir de Pentecostés el Espíritu Santo se nos presenta como el Director de la Iglesia y nos llena, nos guía, nos imparte su poder, su unción y su presencia.
La celebración de Pentecostés es un tiempo propicio para renovar nuestro compromiso con la dimensión carismática de la Iglesia, con nuestro andar en el Espíritu no sólo para el modelaje de nuestro carácter sino para el empoderamiento de los dones y carismas necesarios para el cumplimiento de nuestra misión como Iglesia.
Rev. José Piñero.
Pastor MDI
Durante Pentecostés se celebra el descenso del Espíritu Santo y el inicio de la actividad de la Iglesia, por ello también se le conoce como la celebración del Espíritu Santo o el nacimiento de la Iglesia.
El fondo histórico de tal celebración se basa en la fiesta semanal judía llamada Shavuot (fiesta de las semanas), durante la cual se celebra el quincuagésimo día de la aparición de Dios en el monte Sinaí, por lo tanto en el día de Pentecostés también se celebra la entrega de la Ley (mandamientos) al pueblo de Israel. Con esto se inicia el Pacto entre Dios e Israel, luego en Hechos 2, al manifestarse el Espíritu Santo se inicia esta nueva dimensión de relación con Dios en la realidad del Espíritu.
En las narraciones sobre Pentecostés de Hechos de los Apóstoles (2,1 - 41) se nos muestra al Espíritu Santo impartiendo sobre la iglesia sus dones y carismas, especialmente la impartición de lenguas, e impulsándole a dar testimonio de Cristo con valentía y libertad. A partir de Pentecostés el Espíritu Santo se nos presenta como el Director de la Iglesia y nos llena, nos guía, nos imparte su poder, su unción y su presencia.
La celebración de Pentecostés es un tiempo propicio para renovar nuestro compromiso con la dimensión carismática de la Iglesia, con nuestro andar en el Espíritu no sólo para el modelaje de nuestro carácter sino para el empoderamiento de los dones y carismas necesarios para el cumplimiento de nuestra misión como Iglesia.
Rev. José Piñero.
Pastor MDI