domingo, 24 de marzo de 2013

Día 40 - Vive con propósito





Muchos son los planes en el corazón del hombre, pero
son los propósitos del Señor los que prevalecen.
Proverbios 19:21 (PAR)

“David, después de servir a su propia generación
conforme al propósito de Dios, murió”.
Hechos 13:36 (NVI).

Vivir con propósito es la única manera de vivir realmente. Todo lo demás es existir.
La mayoría de las personas luchan con tres asuntos básicos en su vida. La primera es identidad: “¿Quién soy?” La segunda en importancia: “¿Importo yo?” La tercera en impactar: “¿Cuál es mi lugar en la vida?” Las respuestas a todas estas preguntas están en los cinco propósitos de Dios para ti.
En el Aposento Alto, cuando Jesús concluía su último día de ministerio con sus discípulos, les lavó sus pies como ejemplo y les dijo: “¿Entienden esto? Dichosos serán si lo ponen en práctica”. Una vez que conoces lo que Dios quiere que hagas, la bendición viene al ponerlo en práctica. Mientras llegamos al final de nuestro peregrinaje de los cuarenta días juntos, ahora que sabes el propósito de Dios para tu vida ¡serás bendecido si lo cumples!
Tal vez esto signifique que debes dejar algunas cosas que estás haciendo. Hay muchas “buenas” cosas que puedes hacer con tu vida, pero estos cinco son los propósitos esenciales de Dios que debes cumplir.
Desafortunadamente, es fácil distraernos u olvidarnos de lo que es importante. Es fácil desviarse de lo que es relevante y salirse del curso poco a poco. Para prevenir esto, debes desarrollar una declaración de propósito para tu vida y revisarla regularmente.

¿QUÉ ES UNA DECLARACIÓN DE PROPÓSITO?
Es un resumen de los propósitos de Dios para tu vida. En tus propias palabras, afirma tu compromiso con los cinco propósitos de Dios para tu vida. Esta declaración no es una lista de objetivos. Las metas son temporales; los propósitos son eternos. La Biblia señala: “Sus planes perduran para siempre; sus propósitos durarán eternamente”.
La declaración indica la dirección de tu vida.
Si escribes tus propósitos, te esforzarás en pensar específicamente en el camino de tu vida. La Biblia dice: “Endereza las sendas por donde andas; allana todos tus caminos”. La declaración de propósito no sólo aclara lo que propones hacer con tu tiempo, vida y dinero, sino que también insinúa lo que no harás. Proverbios dice: “La meta del prudente es la sabiduría; el necio divaga contemplando vanos horizontes”.
Es la declaración que define lo que es el “éxito” para ti. Esto manifiesta que lo que consideras importante, no es lo que el mundo considera como tal. Clarifica tus valores. Pablo dijo: “Yo quiero que entiendas lo que realmente es importante”.
La declaración clarifica tus papeles. Tendrás papeles distintos en diferentes etapas de tu vida, pero tus propósitos nunca cambiarán. Son más grandiosos que cualquier papel que desempeñes.
La declaración expresa tu forma. Esto refleja la manera única en que Dios te hizo para tu servicio. Toma el tiempo necesario para escribir la declaración de propósito de tu vida. No trates de completarla de una sola vez, ni aspires a hacerla perfecta en el primer borrador; sólo escribe tus pensamientos tan pronto como te lleguen. Siempre es más fácil corregirla que crearla. Aquí están las cinco preguntas que debes considerar cuando prepares la declaración de tu propósito.

LAS CINCO PREGUNTAS MÁS IMPORTANTES DE LA VIDA
¿Cuál será el centro de mi vida? Es la pregunta de la adoración. ¿Para quién vivirás? (¿Alrededor de qué estás edificando tu vida?) Puedes centrar tu vida alrededor de tu carrera, tu familia, un deporte o diversión, dinero, entretenimiento o muchas otras actividades. Todas ellas son buenas, pero no pertenecen al centro de tu vida. Ninguna basta para sostenerte cuando la vida comience a despedazarse. Necesitas un centro inconmovible.
El rey Asa le dijo al pueblo de Judá que “centraran sus vidas en Dios”. Realmente, cualquiera que sea el centro de tu vida constituye tu dios. Cuando le entregaste tu vida a Cristo, Él pasó a ser el centro, pero debes mantenerlo allí mediante la adoración. Pablo dijo: “para que por fe Cristo habite en sus corazones”.
¿Cómo sabes cuándo Dios es el centro de tu vida? Cuando Dios es el centro de tu vida lo adoras. Cuando no, te preocupas. La preocupación es la luz que te advierte que empujas a Dios a un lado. Cuando lo pongas de nuevo en el centro tendrás paz otra vez. La Biblia dice: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”.
¿Cuál será el carácter de mi vida? Esta es la pregunta del discipulado. ¿qué clase de persona serás? Dios está más interesado en lo que eres que en lo que haces. Recuerda, el carácter te lo llevarás a la eternidad, tu carrera no. Haz una lista de las cualidades de tu carácter que quieres desarrollar en tu vida. Puedes comenzar con el fruto del Espíritu o las bienaventuranzas.
Pedro dijo: “Esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”. No te desanimes ni te rindas cuando tropieces. Requiere una vida entera forjar un carácter como el de Cristo. Pablo le dijo a Timoteo: “Mantente enfocado en tu carácter y enseñanza. No te distraigas. Sigue perseverando”.
¿Cuál será la contribución de mi vida? Esta pregunta se refiere al servicio. ¿Cuál será tu ministerio en el cuerpo de Cristo? Conociendo mi combinación de dones espirituales, corazón, habilidades, personalidad y experiencias (FORMA: Formación espiritual, Oportunidades, Recursos, Mi personalidad, Antecedentes), ¿cuál será tu mejor papel en la familia de Dios? ¿Cómo puedes hacer la diferencia? ¿Hay un grupo específico del cuerpo para el cual fui formado para servir? Pablo señaló dos beneficios maravillosos cuando cumples con tu ministerio: “Esta ayuda, que es un servicio sagrado, no sólo suple las necesidades de los santos, sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios”.
Aunque fuiste formado para servir a otros, considera que ni Jesús satisfizo las necesidades de todo el mundo mientras estuvo en la tierra. Tienes que escoger a quiénes puedes ayudar mejor, basado en tu forma. Necesitas preguntarte: “¿A quién deseo ayudar más?” Jesús dijo: “Los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure”. Cada uno de nosotros da frutos diferentes.
¿Cuál será la comunicación de mi vida? Esto se refiere a tu misión a los no creyentes. Tu declaración de misión es parte de la declaración del propósito de tu vida. Esto debería incluir tu compromiso de compartir el testimonio y las buenas nuevas con otros. También debes hacer una lista con las lecciones de la vida y pasiones divinas que sientes que Dios te ha dado para compartir con el mundo. Mientras vas creciendo en Cristo, Dios puede darte un grupo especial de personas para que te enfoques en alcanzarlas. Asegúrate de añadir esto a tu declaración.
Si eres padre, parte de tu misión es criar a tus hijos en el conocimiento de Cristo, para ayudarlos a entender los propósitos de Él para sus vidas, y enviarlos a su misión en el mundo. Puedes incluir la declaración de Josué en la tuya: “Yo y mi casa serviremos al Señor”.
Por supuesto, nuestras vidas deben dar testimonio y confirmar el mensaje que comunicamos. Antes que la mayoría de los no creyentes acepten la Biblia como creíble, quieren saber cuán creíbles somos nosotros. Por eso es que la Palabra de Dios afirma: “Asegúrate de vivir de una manera que traiga honor a las buenas nuevas de Cristo”.
¿Cuál será la comunidad de mi vida? Esto tiene que ver con el compañerismo y la comunión. ¿Cómo mostrarás tu compromiso con otros creyentes y tu conexión con la familia de Dios? (¿Dónde vas a practicar el mandamiento “unos a los otros” con otros cristianos?) ¿a cuál familia de iglesia te unirás como un miembro activo? (Cuanto más maduras más amarás al cuerpo de Cristo y querrás sacrificarte por él). La Biblia dice: “Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella”. Debes incluir una expresión de amor para la iglesia de Dios en tu declaración.
Al considerar tus respuestas a estas preguntas, incluye cualquier escritura que te hable acerca de cada uno de esos propósitos. Hay muchas en este libro. Puede que te tome semanas o meses elaborar la declaración del propósito de tu vida en la manera que quieres. Ora, piensa en esto, habla con tus amigos y reflexiona en las Escrituras. Puedes volver a escribirlas cuantas veces sean necesarias hasta que llegues a tu declaración final. Aun después, quizás le hagas algunos cambios menores de acuerdo con lo que Dios te vaya haciendo entender y según tu forma. Si quieres ver algunos ejemplos de otras personas puedes enviarme un correo electrónico. (apéndice 2).
Además de escribir en detalle la declaración del propósito de tu vida, también es útil una declaración breve o lema que resuma los cinco propósitos de tu vida de manera que los puedas memorizar y para que te inspiren. Así podrás recordarlos diariamente. Salomón aconsejó: “Será bueno mantener estas cosas en tu mente para que puedas repetirlas”.
Aquí tienes algunos ejemplos:
§ “Mi propósito en la vida es adorar a Cristo con todo mi corazón, servirle con mi FORMA, tener compañerismo con su familia, crecer igual a Él en carácter, y cumplir su misión en el mundo para que así reciba la gloria”.
§ “Mi propósito en la vida es ser un miembro de la familia de Cristo, un modelo de su carácter, un ministro de su gracia, ser un mensajero de su palabra y un magnificador de su gloria”.
§ “Mi propósito de vida es amar a Cristo, crecer en Cristo, compartir a Cristo, servir a Cristo, a través de su iglesia y guiar a mi familia y a otros a hacer lo mismo”.
§ “Mi propósito en la vida es hacer un gran compromiso con el Gran Mandamiento y la Gran Comisión”.
§ “Mi objetivo es parecerme más a Cristo, mi familia es la iglesia, mi ministerio es___________; mi misión es____________; mi motivo es la gloria de Dios”.
Puedes pensar: “¿Y qué acerca de la voluntad de Dios para mi trabajo o matrimonio? O ¿Dónde se supone que tengo que vivir o ir a estudiar?” Sinceramente, estos son asuntos secundarios en tu vida, puedes tener muchas posibilidades y todas pueden caber dentro de la voluntad de Dios para ti. Lo más importante es que tú cumplas los propósitos eternos de Dios, independientemente de donde vivas o trabajes o con quien estés casado. Esas decisiones deben apoyar tus propósitos. La Biblia dice: “Muchos son los planes en el corazón del hombre, pero son los propósitos del Señor los que prevalecen”. Enfócate en los propósitos de Dios para tu vida, no en tus planes, ya que son los que perdurarán.
Una vez escuché la sugerencia de desarrollar la declaración de propósito para tu vida basándola en lo que esperas que la gente diga en tu entierro. Imagina el elogio perfecto y después elabora tu declaración basada en eso. Francamente, es mala idea. Al final de tu vida no importa lo que las otras personas digan acerca de ti. Lo único que te debe importar es lo que Dios diga de ti. La Biblia declara: “Nuestro propósito es agradar a Dios, no a las personas”.Un día Dios revisará tus respuestas a estas preguntas. ¿Pusiste a Jesús en el centro de tu vida? ¿Desarrollaste su carácter? ¿Diste tu vida por servir a otros? ¿Comunicaste su mensaje y cumpliste su misión? ¿Amaste y participaste en su familia? Estas son las únicas cosas que contarán.
Como dijo Pablo: “Nuestro propósito es complacer a Dios, no a los hombres”.

DIOS QUIERE USARTE
Unos treinta años atrás, observé una frase breve en Hechos 13:36 que alteró por siempre el curso de mi vida. Fueron sólo catorce palabras pero, como una marca de hierro ardiente, impactaron mi vida poderosamente: “David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió”. al fin entendí por qué Dios llamó a David “un hombre conforme a mi corazón”. David dedicó su vida a cumplir los propósitos de dios en la tierra.
¡No hay epitafio más grande que este! Imagínatelo grabado en tu lápida: “Este fue_______ quien sirvió para el propósito de Dios en su generación”. Mi oración es que las personas sean capaces de decir esto acerca de mí cuando muera. También es mi oración que lo digan respecto a ti. Por eso escribí este libro para ti. Esta frase es la definición concluyente de una vida bien vivida. Haz lo eternal y perdurable (propósito de Dios), de una manera contemporánea y oportuna (en tu generación). Esto es la esencia de una vida con propósito. Ni las generaciones pasadas ni las futuras pueden servir al propósito de Dios en esta generación, sólo nosotros podemos. Así como a Ester, Dios te creó “para un tiempo como éste”.
Dios todavía busca personas para usarlas. La Biblia dice que “EL SEÑOR recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a quienes le son fieles”. ¿Serás tú una de esas personas que Dios quiere usar para sus propósitos? ¿Servirás al propósito de Dios en esta generación?
Pablo vivió una vida con propósito. Él dijo: “Yo corro hacia la meta con un propósito en cada paso”. Su única razón para vivir era cumplir los propósitos que Dios tenía para él, y agregó: “Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”.
Pablo no tenía miedo a vivir ni a morir. En cualquier forma cumpliría los propósitos de Dios. ¡No podía perder!
Un día la historia concluirá, sin embargo la eternidad continuará para siempre. William Carey acertó: “El futuro es tan brillante como las promesas de Dios”. Cuando te parezca difícil cumplir tus propósitos, no te desanimes. Recuerda tu recompensa, que perdurará por siempre. La Biblia dice: “Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento”.
Imagínate como será cuando estemos todos de pie frente al trono de Dios, presentando nuestras vidas en profunda gratitud y adoración a Cristo. Juntos diremos: “¡Digno, oh Señor1 ¡Sí, nuestro Dios! ¡Toma la gloria, el honor; el poder! ¡Tú creaste todo; todo fue creado porque así lo quisiste!”
¡Lo alabaremos a él por su plan y viviremos para sus propósitos por siempre!
DÍA CUARENTA
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Vivir con propósito es la única manera de vivir de verdad.
Versículo para recordar: “David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió”. Hechos 13:36 (NVI).
Pregunta para considerar: ¿Cuándo tomaré el tiempo para apuntar mis respuestas a las cinco grandes preguntas de la vida? ¿Cuándo plasmaré mi propósito en papel?

Publicado por Edgar Peroa "Edu"


sábado, 23 de marzo de 2013

Día 39 - Equilibra tu vida (Vida con propósito)




Vive con el debido sentido de responsabilidad,
no como los que no conocen el significado
de la vida; sino como los que lo conocen.
Efesios 5:15 (PAR)

No dejen que los errores de personas malvadas
les guíen por caminos equivocados y les hagan
perder el equilibrio.
2º Pedro 3:17 (PAR)

Benditos sean los equilibrados, ya que superarán a todos.
Uno de los eventos en las Olimpíadas de verano es el pentatlón. Consta de cinco disciplinas: tiro de
pistolas, esgrima, carrera y natación. La meta del atleta es ganar en las cinco áreas, no sólo en una o
dos.
Tu vida es un pentatlón de cinco propósitos, y debes mantenerlos en balance. Esos propósitos los
practicaron los primeros cristianos en Hechos 2, los explicó Pablo en efesios 4, y los modeló Jesús en
Juan 17, pero se resumen en el Gran Mandamiento y la Gran Comisión de Jesús. Estas dos
declaraciones engloban todo lo que este libro es, los cinco propósitos de Dios para tu vida:
1. “Ama a Dios con todo tu corazón”: fuiste planeado para agradar a Dios; así que tu
propósito es amar a Dios pedio de la adoración.
2. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”: fuiste formado para servir; así que tu propósito es
mostrarles amor a los otros por medio de tu ministerio.
3. “Ve y haz discípulos”: fuiste hecho para una misión; así que tu propósito es compartir el
mensaje de Dios por medio del evangelismo.
4. “Bautizándolos en...”: fuiste hecho para la familia de Dios; así que tu propósito es
identificarte con tu iglesia por medio del compañerismo.
5. “Enseñándolos a hacer todas las cosas...”: fuiste creado para llegar a ser como Cristo; así
que tu propósito es crecer en madurez por medio del discipulado.
Un gran compromiso con el Gran Mandamiento y la Gran Comisión te harán un gran cristiano.
Mantener estos cinco propósitos en equilibrio no es fácil. Todos tendemos a dar demasiada
importancia a los propósitos que más nos apasionan y descuidamos los otros. Las iglesias hacen lo
mismo. Pero tú puedes mantener tu vida equilibrada y seguir la pista; uniéndote a un grupo pequeño para
el seguimiento, evaluando regularmente tu salud espiritual, registrando tus progresos en un diario
personal, y comunicando a otros lo que has aprendido. Esas son cuatro actividades importantes para
vivir una vida con propósito. Si piensas seriamente en mantenerte creciendo, necesitarás desarrollar
esos hábitos.
Habla de esto con tu compañero espiritual o grupo pequeño. La mejor manera de apropiarse de
los principios de este libro es abordándolos con otros en el ámbito de un grupo pequeño. La Biblia dice:
“El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre”.
1
 Aprendemos mejor en
comunidad. Nuestras mentes se afilan y nuestra convicciones se profundizan mediante la conversación.
Te insto seriamente a que te reúnas en un grupo pequeño de amigos y formes un círculo de lectura
de Una Vida con Propósito para revisar estos capítulos semanalmente. Estudien las implicaciones y
aplicaciones de cada capítulo. Pregúntense: “¿Qué?” y ¿Qué ahora?” ¿Qué significa esto para mí, mi

familia y nuestra iglesia? ¿Qué voy a hacer con respecto a esto? Pablo dijo: “Practica lo que has
aprendido”.
2
 En el Apéndice 1, hay una lista de preguntas para compartir en sesiones de grupos
pequeños o en clases de Escuela Dominical.
Los grupos pequeños de lectura proveen muchos beneficios, lo que un libro por sí mismo no puede.
Puedes dar y recibir información acerca de lo que estás aprendiendo. Puedes discutir ejemplos de la
vida real. Puedes orar, animar y ayudar a otros que, como tú, han comenzado a vivir esos propósitos.
Recuerda, estamos diseñados para crecer juntos, no separados. La Biblia dice: “anímense y
fortalézcanse unos a otros”.
3
 Después de haber ido a través de este libro juntos, con un grupo, puedes
continuar con el estudio de Una Vida con Propósito que ya está disponible para clases y grupos (ver
apéndice 2).
También te animo a que hagas un estudio personal de la Biblia. Tengo más de mil notas finales de las
Escrituras usadas en este libro para ti, para que estudies su contexto.
Por favor lee el apéndice 3, el cual explica por qué en este libro usé varias traducciones y paráfrasis
de la Biblia. Para poder mantener estos capítulos en una medida de lectura diaria razonable, no pude
explicar el fascinante contexto de la mayoría de los versículos usados.
Pero la Biblia se debería estudiar por párrafos, capítulos y hasta por libros enteros.
Mi libro Métodos para el Estudio dinámico de la Biblia te enseñará cómo puedes hacer estos estudios
bíblicos inductivos.
Evalúa tu vida espiritual con regularidad. La mejor manera de equilibrar los cinco propósitos en tu
vida es evaluándote periódicamente. Dios le da un alto valor al hábito de auto evaluación. Por lo menos
cinco veces en la Escritura se nos dice que probemos y examinemos nuestra salud espiritual.4
 Afirma:
“Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos”. Si fallas el examen, haz algo al
respecto.
5
Para mantener tu salud física, necesitas revisiones periódicas con tu doctor, que puede evaluar tus

signos vitales, la presión sanguínea, la temperatura, el peso, etc. Para tu
salud espiritual requieres un chequeo ordinario de los cinco signos
vitales: adoración, compañerismo, crecimiento en carácter, ministerio y
misión. Jeremías aconsejó: “Hagamos un examen de conciencia y
volvamos al camino del Señor”.
6
En la iglesia Saddleback hemos desarrollado una herramienta de
evaluación personal sencilla, la cual ha ayudado a miles de personas a permanecer en el propósito de
Dios. Si deseas una copia de evaluación de la salud espiritual, puedes enviarme un correo electrónico a:
free@purposedrivenlife.com. Te sorprenderá cómo esta pequeña herramienta te ayudará a equilibrar tu
vida. Pablo instó: “Haz que tu entusiasmo del comienzo sea igualado con una acción de tu parte ¡ahora!”.
7
Escribe tus progresos en un diario. La mejor manera de reforzar tus progresos en el cumplimiento
de los propósitos de Dios en tu vida es llevar un diario espiritual. No es una agenda, sino una evidencia
de las lecciones de la vida que no deseas olvidar. La Biblia dice: “Por eso es necesario que prestemos
más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos el rumbo”.
8
 Recordaremos lo que registramos.
Escribir te ayuda a clarificar lo que Dios está haciendo en tu vida. Danzón Trotan lo decía así: “Los
pensamientos se desenredan cuando pasan entre las puntas de tus dedos”. La Biblia da muchos ejemplos
de Dios diciéndoles a las personas que llevaran un diario espiritual. Dice: “Por mandato del Señor;
Moisés anotaba cada uno de los lugares de donde partían y adonde llegaban”.
9
 ¿No te alegra que Moisés
obedeciera el mandato de Dios de registrar el diario espiritual de Israel? Si él hubiese descuidado eso,
nos habría robado las poderosas lecciones del libro de Éxodo.
Es muy probable que tu diario espiritual no sea leído tanto como el de Moisés, sin embardo, es
importante. Tu vida es un peregrinaje, y un peregrinaje merece un diario. Espero que escribas las
etapas de tu peregrinaje espiritual mientras vives con propósito.
No escribas solamente cosas agradables. Como hizo David, registra tus dudas, tus temores y tus
luchas con Dios. Nuestras grandes lecciones provienen del dolor, y la Biblia dice que Dios ha registrado
todas nuestras lágrimas.10 Cualquier problema que ocurra, recuerda que Dios lo usa para cumplir los

cinco propósitos en tu vida; los problemas te impulsan a enfocarte en Dios, a acercarte a otros en
compañerismo y a construir un carácter como el de Cristo, proveyéndote de un ministerio y dándote un
testimonio. Cada problema es con un propósito.
En medio de una experiencia dolorosa, el salmista escribió: “Que se escriba esto para las
generaciones futuras, y que el pueblo que será creado alabe al Señor”.
11 Se lo debes a las futuras
generaciones de preservar el testimonio de cómo Dios te ayudó a cumplir sus propósitos en la tierra.
Este es un testimonio que continuará hablando mucho después que estés en el cielo.
Enseña a otros. Si quieres continuar creciendo, la mejor manera de aprender más es enseñar a
otros lo que has aprendido. Proverbios nos dice: “Quien bendice a otros es bendecido abundantemente;
los que ayudan a otros son ayudados”.
12 Los que enseñan conocimientos reciben más de Dios.
Ahora que entiendes el propósito de tu vida, es tu responsabilidad llevar el mensaje a otros. Dios te
llama para que seas su mensajero. Pablo dijo: “Yo quiero ahora que le digas esas mismas cosas a los
seguidores en quienes puedes confiar para que las compartan a otros”.
13 En este libro te he dado lo que
otros me enseñaron acerca del propósito de la vida; tu deber ahora es pasarlo a otros.
Probablemente, conoces a cientos de personas que no saben el propósito de la vida. Comparte esas
verdades con tus hijos, tus amigos, tus prójimos y tus compañeros de trabajo. Si le das este libro a un
amigo, añádele una nota personal en la página dedicatoria.
Mientras más sepas, más espera Dios de ti que uses ese conocimiento para ayudar a otros. Santiago
dijo: “Cualquiera que sabiendo hacer lo bueno no lo hace, está pecando”.
14 El conocimiento aumenta la
responsabilidad, pero trasmitir el propósito de la vida es mucho más que una obligación; este es uno de
tus más grandes privilegios en la vida. Imagínate cuán diferente sería el mundo si cada uno conociera su
propósito en la vida. Pablo dijo: “Si enseñas estas cosas a otros seguidores, serás un buen siervo de
Cristo Jesús”.


TODO ES PARA LA GLORIA DE DIOS
La razón por la cual enseñamos lo que aprendemos es para dar gloria a Dios y contribuir al
crecimiento de su reino. La noche antes de su crucifixión. Jesús oró a su Padre: “Yo te he glorificado en
esta tierra al completar el trabajo que me diste”.
16 Cuando dijo estas palabras, no había muerto aún por
nuestros pecados, así que, ¿cuál era el “trabajo” que había completado? En esa ocasión se estaba
refiriendo a algo diferente de la expiación. La respuesta está en lo que afirmó en los siguiente veinte
versículos de su oración.17
Jesús le dijo a su Padre lo que había estado haciendo los últimos tres años: entrenando a sus
discípulos para que siguieran los propósitos de Dios. Los ayudó a conocer y a amar a Dios (adoración,
enseñándoles a amarse los unos a los otros (compañerismo), les dio la Palabra para que pudieran crecer
y los envió a decirles a otros el mensaje (evangelismo). Jesús modeló una vida con propósito y también
enseñó a otros cómo vivirla. Este era el “trabajo” que glorificaba a Dios.
Hoy Dios nos llama a cada uno a hacer lo mismo, no sólo porque quiere que cumplamos sus propósitos,
sino porque desea que ayudemos a otros a hacer lo mismo. Él quiere que les presentemos a Cristo y los
traigamos a su compañerismo, ayudándoles a crecer en madurez y descubriendo su lugar de servicio,
para luego enviarlos al alcanzar a otros.
Esto es lo que significa vivir con propósito. Independientemente de tu edad, el resto de tu vida
puede ser lo mejor de tu vida y tu puedes empezar a vivir con propósito hoy mismo.


DÍA TREINTA Y NUEVE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Bendito sea el equilibrio.
Versículo para recordar: “Vive con el debido sentido de responsabilidad, no como los
 que no conocen el significado de la vida; sino como los que lo
 conocen”.
 Efesios 5:15 (PAR).
Pregunta para considerar: ¿Con cuál de las cuatro actividades puedo comenzar para
 seguir y equilibrar los cinco propósitos de Dios para mi vida?

Publicado por Edgar Peroza "" Edu

haz click aqui para escucharlo






jueves, 10 de mayo de 2012

LA DOCTRINA ACERCA DEL CONOCIMIENTO DE DIOS

La posibilidad de conocer a Dios ha sido negada por varias razones. En algunos casos, sin embargo, esta negación meramente equivale a la afirmación que el hombre no puede comprender a Dios. Y esto, por supuesto, es muy cierto. No es posible para el hombre conocer a Dios con un conocimiento que sea absolutamente total, es decir, que sondee las profundidades infinitas del ser divino. Pero aunque podamos conocer a Dios sólo en parte, este conocimiento es sin embargo real y verdadero. El conocimiento que el hombre tiene de Dios es de dos clases:


1.       EL CONOCIMIENTO INNATO.

Decir que el hombre tiene un conocimiento innato de Dios no significa meramente que el hombre tenga una habilidad natural para conocer a Dios. Indica algo más. A la vez, no implica que el hombre desde su nacimiento lleve consigo al mundo un cierto conocimiento de Dios. Este conocimiento es innato en el sentido de que, bajo condiciones normales, se desarrolla naturalmente en el hombre al estar éste en contacto con la revelación de Dios. Es un conocimiento que el hombre desarrolla necesariamente debido a su constitución, y no como resultado de una elección o acto voluntario de su parte. Obviamente, este conocimiento es de una naturaleza muy general.



2.       CONOCIMIENTO ADQUIRIDO.

El conocimiento adquirido se obtiene a través de la revelación general y la revelación especial de Dios. Este conocimiento no brota espontáneamente en la mente del hombre; más bien, es el resultado de una búsqueda consciente y continua. Puede adquirirse solamente por un proceso tedioso de percepción y reflexión, de razonamiento y argumentación, y por lo tanto, depende de la voluntad y de los esfuerzos persistentes del hombre. Aun cuando tal conocimiento es posible solamente porque el hombre nace con la capacidad de conocer a Dios, este conocimiento adquirido lleva al hombre mucho más lejos de los límites de su conocimiento innato de Dios.



Se dice a veces que nuestro conocimiento de Dios se limita a las revelaciones que él sostiene con sus criaturas, y no se extiende al ser esencial de Dios, pero no es así. No sería posible tener conocimiento de estas relaciones sin saber algo de la misma naturaleza de Dios y del hombre. En virtud de la autorevelación de Dios, es posible para el hombre tener un conocimiento verdadero y real del ser de Dios, aunque este conocimiento es necesariamente limitado.

A.      EL SER DE DIOS COMO ES CONOCIDO A TRAVÉS DE LA REVELACIÓN DIVINA.



Aunque no sea posible dar una definición de Dios en el sentido estricto de la palabra, si es posible dar una descripción general de su ser. Se han presentado muchas así llamadas definiciones de Dios; sin embargo, quizás es mejor describirle como un espíritu puro de perfecciones infinitas. Esta descripción contiene los siguientes elementos:



1.       DIOS ES UN ESPÍRITU PURO.

La biblia no trata de definir el ser de Dios. Lo que más se acerca a una definición se halla en las palabras de Cristo a la mujer samaritana: “Dios es espíritu” (Jn. 4:24). Esto significa que Dios es especialmente espíritu, de manera que todas las cualidades que pertenecen a la idea de un espíritu perfecto se encuentran necesariamente en él y que Dios es un ser consciente de sí mismo y de libre determinación. El hecho de que Dios es un espíritu puro necesariamente excluye la noción de los gnósticos primitivos y de los místicos medievales, de que él tiene alguna clase de cuerpo estéreo o refinado. También excluye la idea de que Dios sea visible y que se pueda discernir por nuestros sentidos corporales.



2.       DIOS ES UN SER PERSONAL.

El hecho de que Dios es espíritu también incluye su personalidad porque un espíritu es un ser inteligente y moral, y cuando atribuimos a Dios la personalidad, queremos decir que es un ser racional capaz de autodeterminación. Hoy en día muchos niegan la personalidad de Dios y hablan de él como la causa inconsciente de todo lo que existe, el principio que penetra a todo el mundo, o el propósito global del universo. Sin embargo, se percibe con claridad la personalidad de Dios en las huellas de una acción inteligente e intencional en el mundo; en la naturaleza racional, moral, y religiosa del hombre, que sólo puede ser producto de un Dios personal, y sobre todo, en las representaciones bíblicas de Dios. La presencia de Dios en el Antiguo y en el Nuevo Testamento es claramente una presencia personal. Dios se presenta como un Dios personal, con quien los hombres pueden conversar, en quien pueden confiar, quien conoce sus experiencias, quien les sostiene en sus pruebas y dificultades, y quien llena sus corazones del gozo de la victoria. Además, la revelación más elevada de Dios en el Nuevo Testamento es una revelación personal. Jesucristo revela al Padre de una manera tan perfecta, que podía decir a Felipe: “El que me ha visto a mí, ha visto al padre” (Jn. 14:9).



3.       DIOS ES INFINITAMENTE PERFECTO.

Dios se distingue de todas sus criaturas por su perfección infinita. Su ser y virtudes están completamente libres de toda limitación o imperfección. Como el Dios infinitamente perfecto, el no es solamente ilimitado, sino ensalzado sobre todas sus criaturas en grandiosa sublimidad e infalible majestad. Esta infinidad es la característica de todas las criaturas, por eminentes que sean. Se alaba grandemente esta infinidad de Dios en el cántico de Moisés a la orilla del mar rojo: “¿Quién como tú, Oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnifico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” (Ex. 15:11). Hallamos más referencias en pasajes como los siguientes: 1 Reyes 8:27; Salmo 96:4-6; 97:9; 99:2,3; 147:5; Jeremías 23:24. Algunos eruditos modernos niegan la infinidad de Dios como un ser “finito, que se desarrolla, que lucha y sufre, que comparte las derrotas y victorias del hombre”.



4.       DIOS Y SUS PERFECCIONES SON UNA MISMA COSA.

La simplicidad es una de las características fundamentales de Dios. Esto significa no solamente que Dios, como espíritu, no se compone de varias partes, sino también que su esencia y sus atributos son una sola cosa. El ser de Dios no es algo que existe solo, algo a lo que se le han añadido sus atributos; no, la totalidad de su esencia está en cada uno de los atributos. Se puede decir que las perfecciones de Dios con Dios mismo, tal como se ha revelado al hombre. Estas perfecciones sirven para darnos una descripción más detallada de su esencia divina. Por tal motivo la Biblia dice que Dios es verdad, vida, luz, amor, etc.

 Vía Berkhoff

Preguntas de repaso:

1.       ¿En qué sentido es Dios conocible, y en qué sentido es inconocible?

2.       ¿Qué es el conocimiento innato de Dios?

3.       ¿Qué es el conocimiento adquirido?

4.       ¿Es posible conocer algo de la misma esencia de Dios?

5.       ¿Es posible dar una definición de Dios?

6.       ¿Qué implica la espiritualidad de Dios?

7.       ¿Qué queremos decir cuando atribuimos a Dios?

8.       ¿Cómo se puede probar la personalidad de Dios?

9.       ¿Qué es la infinidad divina?

10.   ¿Cómo se relacionan el ser de Dios y las perfecciones de Dios?

lunes, 30 de abril de 2012

LA DOCTRINA DE LA EXISTENCIA DE DIOS


LUGAR QUE TIENE LA DOCTRINA DE DIOS EN LA DOGMATICA

Con la doctrina de Dios comienzan generalmente los trabajos sobre Dogmática o Teología Sistemática. La opinión reinante siempre ha reconocido que este es el procedimiento más lógico, y todavía apunta en la misma dirección. Abundan ejemplos en los que aun aquellos cuyos principios fundamentales parecen requerir otro arreglo, continúan la práctica tradicional. Si procedemos sobre la suposición de que la teología es el conocimiento sistematizado de Dios, de quien y para quien son todas las cosas, habrá buenas razones para comenzar con la doctrina de Dios. En lugar de que nos sorprenda que la Dogmática comience con la doctrina de Dios, debemos esperar que sea en todas sus ramificaciones, desde el principio hasta el fin, un estudio detallado de Dios. En realidad, esto es lo que pretende ser, aunque sólo la primera parte se ocupa de Dios directamente, en tanto que las siguientes lo hacen indirectamente. Emprendemos el estudio de la teología con estas dos presuposiciones:

1. Dios existe

2. El se ha revelado en su divina Palabra.

Por esta razón no es imposible comenzar con el estudio de Dios. Consultamos su revelación para saber lo que El nos ha revelado de sí mismo, y para conocer la relación que guarda con sus criaturas. En el transcurso del tiempo se han hecho intentos para distribuir el material de la Dogmática en forma que manifieste claramente que es, no solamente en una parte, sino en su totalidad, un estudio de Dios. Se hizo esto aplicando el método trinitario que distribuye la materia de la Dogmática bajo tres encabezados:

1. El Padre

2. El Hijo

3. El Espíritu Santo.


Este método se aplicó en algunas de las primeras producciones sistemáticas; volvió a la popularidad con Hegel, y aún puede verse en la obra de Martensen, Dogmática Cristiana.1 Hizo un intento semejante Breckenridge al dividir el material de la Dogmática en:

1. El Conocimiento de Dios Considerado Objetivamente,


2. El Conocimiento de Dios Considerado Subjetivamente.


Pero, en realidad, ninguno de los anteriores tuvo mucho éxito.

Hasta principios del Siglo XIX la práctica general fue comenzar el estudio de la Dogmática con la doctrina de Dios; pero sobrevino un cambio bajo la influencia de Schleiermacher, que procuró asegurar el carácter científico de la teología por medio de la introducción de un nuevo método. En lugar de la Palabra de Dios, se tomó la conciencia religiosa del hombre como fuente de la teología. Se desacreditó la fe en la Escritura considerada como revelación autorizada de Dios, convirtiendo la comprensión humana, basada en las emociones del hombre o en sus razonables temores, en la medida del pensamiento religioso. Gradualmente la religión tomó el lugar de Dios como objeto de la teología. El hombre dejó de tratar el conocimiento de Dios como algo que le había sido dado en la Escritura y comenzó a jactarse de ser un investigador de Dios. Con el correr del tiempo se hizo común hablar del descubrimiento de Dios hecho por el hombre, como si alguna vez el hombre lo hubiera descubierto, y cada nuevo descubrimiento logrado en este proceso era enaltecido con el nombre de "revelación". Dios llegaba como final de un silogismo, o como el último eslabón en la cadena de un razonamiento, o como la piedra cumbre del edificio del pensamiento humano. Bajo tales circunstancias no era sino natural que algunos consideraran incongruente comenzar la Dogmática con el estudio de Dios. Más bien es sorprendente que muchos, no obstante el subjetivismo de que hacían gala, continuaran con el orden tradicional.

Algunos, sin embargo, se dieron cuenta de la incongruencia y se encaminaron por una senda diferente. La producción dogmática de Schleiermacher está dedicada al estudio y análisis de la conciencia religiosa y de las doctrinas que implica. No trata de la doctrina de Dios en forma continuada, sino fragmentariamente, y concluye su trabajo con una discusión acerca de la Trinidad. Su punto de partida es antropológico más que teológico. Algunos de los teólogos de posición teológica más moderna recibieron en tal forma la influencia de Schleiermacher que lógicamente comenzaron sus tratados de dogmática con el estudio del hombre. Hasta el día de hoy, de cuando en cuando, siguen este arreglo. Un ejemplo notable de ello se encuentra en el libro, The Christian faith, (La Fe Cristiana) de O. A. Curtis.

Comienza con la doctrina del hombre y concluye con la doctrina de Dios. La teología de Ritschl puede servir para señalar otro punto de partida, puesto que encuentra la revelación objetiva de Dios, no en la Biblia como Palabra divinamente inspirada, sino en Cristo como Fundador del Reino de Dios y considera la idea del reino como el concepto central y totalitario de la teología. Sin embargo, los dogmatizantes ritschlianos como Herrmann, Haering y Kaftan, siguen, cuando menos formalmente, el orden usual. Al mismo tiempo hay diversos teólogos que en sus libros comienzan la discusión de la dogmática propiamente dicha, con la doctrina de Cristo o de su obra redentora. T. B. Strong hace una distinción entre teología y teología cristiana, definiendo esta última como "la expresión y el análisis de la Encarnación de Jesucristo", y hace de la encarnación el concepto dominante en todo su Manual of Theology (Manual de Teología).

PRUEBA BÍBLICA DE LA EXISTENCIA DE DIOS.

Para nosotros la existencia de Dios es la gran presuposición de la teología. No tiene sentido hablar del conocimiento de Dios, a menos que se admita que Dios existe. La presuposición de la teología cristiana tiene características muy definidas. La suposición es, no simplemente que hay algo, alguna idea o ideal, alguna potencia o tendencia determinada a la que se debe dar el nombre de Dios, existente por sí, consciente por sí, sino que hay un Ser personal, del que se originan todas las cosas, que transciende toda la creación, aunque a la vez es inmanente en cada parte de ella. Puede surgir la interrogación sobre si nuestra presuposición es razonable, y la contestación será afirmativa. Esto, sin embargo, no significa que la existencia de Dios sea susceptible de una demostración lógica que elimine toda duda; pero sí, que en tanta que la existencia de Dios se acepte por la fe, ésta tiene su base en una información fidedigna. Aunque la teología reformada considera la existencia de Dios como una presuposición completamente razonable, no pretende tener capacidad para demostrarla por medio de una argumentación lógica. Respecto al intento de hacerlo, habla el Dr. Kuyper como sigue: "El intento de probar la existencia de Dios, puede, o bien resultar inútil, o innecesario. Inútil, si el investigador cree que Dios es galardonador de los que le buscan. E innecesario si se intenta forzar a una persona que no tiene esta pistis (fe) haciéndola que por medio de argumentos llegue al convencimiento en sentido lógico".

El cristiano acepta por la fe la verdad de la existencia de Dios. Pero no por una fe ciega; sino por una fe que se basa en la evidencia, y la evidencia se funda, ante todo, en la Escritura como Palabra inspirada por Dios, y luego, en la revelación de Dios en la naturaleza. La prueba bíblica acerca de este punto no nos viene en la forma de una explícita declaración, y mucho menos en forma de argumento lógico. La aproximación más parecida a una declaración, está, quizá, en Hebreos 11: 6, "... porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que te buscan". La Biblia presupone la existencia de Dios desde su primera declaración: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra". No sólo describe a Dios como el Creador de todas las cosas, sino también como el Sustentador de todas sus criaturas, y como el Gobernante de los destinos de individuos y naciones. La Biblia testifica que Dios hace todas las cosas según el consejo de su voluntad, y revela la realización gradual de su gran propósito de redención. La preparación para este trabajo, especialmente en la elección y dirección del pueblo israelita del antiguo pacto, está manifestada claramente en el Antiguo Testamento, y la inicial culminación de ella en la Persona y obra de Cristo, surge de las páginas del Nuevo Testamento con claridad inmensa. Se contempla a Dios en casi cada página de la Santa Escritura a medida que se revela en palabra y acciones. Esta revelación de Dios es la base de nuestra fe en la existencia de Dios, y la hace completamente razonable. Debe hacerse notar, sin embargo, que únicamente por la fe aceptamos la revelación de Dios y alcanzamos la verdadera comprensión de su contenido. Jesús dijo: "El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta". Juan 7:17. Oseas tenía en su mente este conocimiento intensivo que resulta de la íntima comunión con 2 Dict. Dogm. De Deo J. p. 77 (Trad. del holandés por el Autor).

Dios, cuando dijo: "Y conoceremos y proseguiremos en conocer a Jehová". Oseas 6:3. El incrédulo no tiene el verdadero conocimiento de la Palabra de Dios. Vienen muy al punto en este respecto las palabras de Pablo: "¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación". 1 Cor. 1: 20 y 21.


DIVERSAS FORMAS DE NEGACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS.

Los estudiantes de Religiones Comparadas y los misioneros con frecuencia dan testimonio de la realidad de que la idea de Dios es prácticamente universal en la raza humana. Se encuentra hasta en las naciones y tribus menos civilizadas del mundo. Sin embargo, esto no quiere decir que no haya individuos que nieguen completamente la existencia de Dios según se nos ha revelado en la Escritura: un Ser Personal existente por sí, consciente de infinitas perfecciones, que hace todas las cosas de acuerdo con un plan predeterminado.

Esta última negación es la que precisamente teníamos en mente aquí. Puede asumir, y ha asumido varias formas en el curso de la historia.


LA ABSOLUTA NEGACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS

Como dijimos arriba, hay una fuerte evidencia en favor de la universal presencia de la idea de Dios en la mente humana, que alcanza hasta las tribus civilizadas que no han sentido el impacto de la revelación especial. En atención a esto, algunos han ido tan lejos como para negar que haya quienes nieguen la existencia de Dios, es decir, niegan que haya verdaderos ateos. Pero esta negación está contradicha por los hechos. Se acostumbra distinguir dos clases de ateos, es decir, los prácticos y los teóricos. Los primeros son, sencillamente, gentes sin Dios, que en la vida práctica no reconocen a Dios, y que viven como si no hubiera Dios. Los otros, son, por regla general, de una clase más intelectual, y basan su negación en el desarrollo de un razonamiento. Tratan de probar por medio de lo que a ellos les parecen argumentos razonables y conclusivos, que no hay Dios. En atención al semen religionis (germen de religión) sembrado en cada hombre al momento de ser creado a la imagen de Dios, se puede suponer sin yerro que nadie nace ateo. El ateísmo resulta, en último análisis, del estado de perversión moral del hombre, y de su deseo de esconderse de Dios. Este ateísmo deliberadamente se ciega ante los más fundamentales instintos del hombre, las más profundas necesidades del alma, las más elevadas aspiraciones del espíritu humano, los deseos del corazón que palpa en busca de algún Ser superior, y lo suprime todo. Esta supresión práctica o intelectual de la operación del semen religionis a menudo implica una serie de prolongadas y difíciles resistencias.


No puede haber duda respecto a la existencia de los ateos prácticos puesto que tanto la Escritura como la experiencia los denuncian. El Salmo 10:4b, declara acerca del malvado:


"No hay Dios en ninguno de sus pensamientos". Y Pablo les recuerda a los Efesios que ellos estuvieron anteriormente "sin Dios en el mundo", Ef. 2: 12. La experiencia también da cuenta con abundancia, de su presencia en el mundo. No son en cada caso, notoriamente malvados a los ojos de los hombres, y pueden pertenecer a la llamada "gente decente del mundo", aunque sean soberanamente indiferentes a las cosas espirituales. Tales gentes, con frecuencia se dan cuenta de que carecen de relación armónica con Dios, tiemblan ante el pensamiento de encontrarse con Él, y tratan a todo trance de olvidarlo. Parece que sienten un júbilo secreto en ostentar su ateísmo cuando van con viento en popa, pero se sabe que han caído de rodillas, en oración, cuando repentinamente se ha visto en peligro su vida.


Actualmente millares de estos ateos prácticos pertenecen a la American Association for the Advancement of Atheism (Asociación Americana para el Progreso del Ateísmo).


Los ateos teóricos son de otra clase. Generalmente son de un tipo intelectual más elevado, e intentan por medio de argumentación racional justificar la afirmación de que no hay Dios.



El Profesor Flint distingue las tres siguientes clases de ateos teóricos:



1. Los ateos dogmáticos; que de plano niegan que haya un Ser Divino



2. Los ateos escépticos, que dudan de la capacidad de la mente humana para determinar si hay o no hay Dios.



3. Los ateos capciosos que sostienen que no hay pruebas válidas de la existencia de Dios.

 Las tres clases con frecuencia van de la mano, pero hasta el más modesto de estos ateos declara doctoralmente que toda creencia en Dios es una ilusión.3 Se notará que en la anterior clasificación el agnosticismo respeta la creencia en Dios y admite cierta posibilidad de su realidad, nos deja sin un objeto de culto y adoración precisamente tal como lo hace el ateo dogmático. Sea pues así, que el verdadero ateo es el ateo dogmático, el que afirma categóricamente que no hay Dios. Esta afirmación significará una de dos cosas: Que no reconoce Dios de ninguna clase, ni se levanta ídolo alguno para sí mismo, o que no reconoce al Dios de la Biblia. Existen en realidad, si es que los hay, muy pocos ateos que 3 Anti-Theistic Theories. Page. 4 Y siguientes. 8 no Se formen, en la práctica, alguna clase de Dios para ellos mismos. Hay un número muy grande que teóricamente rechaza toda clase de Dios, y todavía otro número mucho mayor que no quiere nada con el Dios de la Biblia. El ateísmo teórico generalmente se funda en alguna teoría científica o filosófica.


El monismo materialista, en sus diversas formas, y el ateísmo acostumbran ir de la mano.


El idealismo subjetivo absoluto puede permitirnos la idea de Dios; pero niega que esa idea corresponda con alguna realidad. El "Dios" de los modernos humanistas simplemente significa, "el Espíritu de la humanidad", "el sentido de la perfección", "la meta de la raza", y otras abstracciones semejantes.


Otras teorías no sólo dejan lugar para Dios, sino que también pretenden defender su existencia; pero rechazan efectivamente al Dios del teísmo, un ser supremamente personal, Creador, Preservador y Gobernador del Universo, distinto de su creación, y sin embargo, en todas partes presente en ella. El Panteísmo confunde lo natural y lo sobrenatural, lo finito y lo infinito en una sola sustancia. Con frecuencia se refiere a Dios como el fundamento escondido del mundo de los fenómenos; pero no lo concibe como Dios personal, y por tanto, dotado de inteligencia y voluntad. Audazmente declara que todo es Dios y de este modo se embarca en lo que Brightman llama "la expansión de Dios" por medio de la cual llegamos a "un Dios demasiado grande", ya que en El queda incluido todo el mal que hay en el mundo.


Rechaza al Dios de la Biblia y por esto mismo se convierte en declarado ateísmo. Spinoza puede llamarse "el hombre intoxicado con Dios"; pero su Dios realmente no es el Dios a quien los cristianos alaban y adoran. En verdad, no cabe duda de que en el mundo hay ateos teóricos. Cuando David Hume expresaba su duda acerca de que existiera un ateo teórico, el Baron d'Holbach le replicó: "Muy estimado señor mío: En este momento se sienta usted a la mesa con diecisiete de esas personas". Los agnósticos respecto a la existencia de Dios pueden diferir de los ateos dogmáticos; pero tanto unos como los otros nos dejan sin Dios.



FALSOS Y ACTUALES CONCEPTOS DE DIOS QUE CONTIENEN UNA NEGACIÓN DEL VERDADERO DIOS

 Hay en boga varios falsos conceptos de Dios, los cuales contienen una negación de la concepción teísta de Dios. Será suficiente que presentemos sucintamente algunos de los más importantes.

1. UN DIOS INMANENTE E IMPERSONAL:

El teísmo siempre ha creído en un Dios que es a la vez trascendente e inmanente. El deísmo quita a Dios de en medio del mundo y hace hincapié en su transcendencia a expensas de su inmanencia. Sin embargo, bajo la influencia del panteísmo, el péndulo osciló en dirección contraria. 

Identificó a Dios con el mundo y Se negó a reconocerlo como Ser Divino, distinto 9 de su creación e infinitamente superior a ella. Se debe a Schleiermacher que de nuevo ganara terreno dentro de la teología la tendencia de hacer a Dios inseparable del mundo. Schleiermacher ignoró por completo al Dios trascendente, reconociendo únicamente un Dios que puede ser conocido por la experiencia humana y que se manifiesta a la conciencia cristiana como la Absoluta Causalidad, y a quien nos allegamos con el sentimiento de absoluta dependencia. Los atributos que reconocemos en Dios son, desde este punto de vista, expresiones meramente simbólicas de los varios modos en que sentimos esta dependencia; ideas subjetivas sin correspondencia en la realidad. Hay alguna diferencia entre las primeras y las últimas representaciones que de Dios hizo Schleiermacher, y sus intérpretes no están de acuerdo sobre la manera en que aquellas afirmaciones deban armonizarse.

Sin embargo, Brunner parece interpretado correctamente cuando dice que Schleiermacher concede al universo el lugar de Dios, aunque sigue llamando Dios al universo; además concibe a Dios como idéntico con el universo, a la vez que como la unidad que lo sostiene. A veces parece como si la distinción que hace entre Dios y el mundo fuera únicamente ideal, es decir, la diferencia que existe entre el mundo considerado como unidad y el mismo mundo considerado en sus múltiples manifestaciones. Frecuentemente habla de Dios como del "Universum", o el Todo en Todo, arguyendo en contra de la personalidad de Dios, aunque con manifiesta inconsistencia declara que podemos tener comunión con El en Cristo. Estos conceptos de Schleiermacher, que hacen a Dios inseparable del mundo, dominaron fuertemente en la teología del siglo pasado, y son los mismos que Barth combate con recia insistencia considerando a Dios como "el Absolutamente Otro".


2. UN DIOS FINITO Y PERSONAL:

La idea de uno o varios dioses finitos no es nueva; sino tan vieja como el politeísmo y el henoteísmo. Esta idea se acopla con el Pluralismo; pero no con el Monismo filosófico ni con el monoteísmo teológico. El teísmo siempre ha considerado a Dios como un Ser absolutamente personal y de infinitas perfecciones. Durante el Siglo XIX, cuando la filosofía monista estaba en la cumbre, se hizo costumbre identificar al Dios de la teología con el Absoluto de la filosofía. No obstante esto, hacia el fin del siglo el vocablo "Absoluto" como designativo de Dios cayó en desestima, en parte, debido a sus implicaciones agnósticas y panteístas, y en parte también, como resultado de la oposición a la idea del "Absoluto" en filosofía, así como también al deseo de excluir de la teología toda sombra de metafísica. Bradley consideró al Dios de la religión cristiana como una parte del Absoluto, y James abogaba para que se tuviera un concepto de Dios más en armonía con la experiencia humana, que la idea de un Dios infinito. James10 eliminó de Dios los atributos metafísicos de existencia independiente, infinidad e inmutabilidad, y declaró la supremacía de los atributos morales. Dios tiene su medio ambiente, existe en el tiempo y se desenvuelve en una historia precisamente como la nuestra. Debido al mal que hay en el mundo es necesario pensar que Dios está limitado en su conocimiento, en su poder, o en ambos. La condición del mundo hace imposible creer en un Dios infinito en conocimiento y poder. La existencia de un poder superior y amigable para el hombre, con el cual puede comunicarse, satisface todas las experiencias y necesidades prácticas de la religión. James concibe este poder como personal; pero nunca quiso declararse si era creyente en un Dios único, finito, o en varios. Bergson añadió al concepto de James la idea de un Dios ocupadísimo, en pleno crecimiento, y haciendo planes para su medio ambiente.

Hobhouse, Schiller, James, Ward, Rashdall y H. G. Wells pertenecen al número de los que, aunque de diferentes maneras, defendieron la idea de un Dios finito.


3. DIOS COMO LA PERSONIFICACIÓN DE UNA NUEVA IDEA ABSTRACTA:

Se ha puesto muy en boga, en la actual teología modernista, considerar el nombre "Dios" como un nuevo símbolo, que explica algunos procesos cósmicos, alguna voluntad o poder universal, o algún elevado y amplísimo ideal. Se insiste en repetir que si hubo una vez en que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, el hombre le devuelve ahora cortésmente este servicio, creándose un Dios a imagen y semejanza del hombre. Se cuenta que Harry Elmer Barnes, cierta vez, en una de sus clases de laboratorio, dijo: "Señores, procedamos en seguida a crear a Dios". Era un modo muy brusco de expresar una idea corriente. Muchos de los que rechazan el concepto de Dios, profesan fe en Dios todavía; pero en un Dios creado por su propia imaginación. La forma que asume en una determinada época, dependerá, al decir de Shailer Mathews, de los moldes de pensamiento en boga. Si en los tiempos anteriores a la primera guerra mundial el modelo dominante era el de un soberano autócrata que demandaba obediencia absoluta, ahora es el de un gobernante demócrata, afanoso en servir a todos sus súbditos. Desde los días de Comte ha habido una tendencia a personificar el orden social de la humanidad como un todo, adorando esa personificación. Los llamados Melioristas (mejoristas) o teólogos sociales dejan ver la tendencia a identificar a Dios, de alguna manera, con el orden social. Y los "Nuevos Psicólogos" nos informan que la idea de Dios es una proyección de la mente humana; la que en sus primeras etapas se inclinaba a hacer imágenes que personificaban sus experiencias, vistiéndolas de una personalidad casi completa. Leuba opina que esta ilusión de Dios ha servido a un propósito útil, pero que se aproximan los tiempos en que la idea de Dios ya no será necesaria. Unas cuantas definiciones servirán para exhibir la tendencia actual. "Dios es el espíritu inmanente de la comunidad" (Royce). Dios es "aquella cualidad de la humana sociedad que sustenta y enriquece a la humanidad en su búsqueda espiritual"


(Gerald Birney Smith). "Dios es la suma total de las relaciones que constituyen el orden social completo de la humanidad en desarrollo" (E. S. Ames). 'la palabra 'dios' es un símbolo que designa al universo en su capacidad ideal en formación" (G. B.Foster). "Dios es un concepto nuestro, nacido de la experiencia social, de la personalidad en formación y de los elementos personales que explican nuestro medio ambiente cósmico, con el cual estamos orgánicamente relacionados" (Shailer Mathews). Apenas se necesita decir que el Dios que aparece en estas definiciones no es un Dios personal, y que por lo tanto no responde a las profundas necesidades del corazón humano.


PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS CONOCIDAS COMO RACIONALES.

En el transcurso del tiempo y debido muy especialmente a la influencia de Wolff se desarrollaron y cobraron fuerza en la teología algunos argumentos para probar racionalmente la existencia de Dios. Algunos de éstos en esencia ya habían sido sugeridos por Platón y Aristóteles, y los otros fueron añadidos en tiempos modernos por los estudiosos de la filosofía de la religión. De dichos argumentos aquí sólo mencionamos los más comunes.



EL ARGUMENTO ONTOLÓGICO

Se ha presentado en diversas formas por Anselmo, Descartes, Samuel Oarke y otros.

En su más perfecta forma lo presentó Anselmo. Su argumento es que el hombre tiene la idea de un ser absolutamente perfecto; que la existencia es un atributo de la perfección y que por tanto debe existir un ser absolutamente perfecto. Pero es completamente evidente que no podemos inferir una existencia real de un pensamiento abstracto. El hecho de que tengamos una idea de Dios, todavía no es prueba de su existencia concreta. Todavía más, este argumento tácitamente admite, como ya existente en la mente humana el verdadero conocimiento de la existencia de Dios, que debía derivarse de una demostración lógica.

Kant insistió en lo insostenible de este argumento; pero Hegel lo acogió como el argumento principal en favor de la existencia de Dios. Algunos modernos idealistas sugieren que este argumento debiera redactarse en una forma un tanto diferente, que Hocking llama: "El 12 Informe de la Experiencia". En virtud de tal informe debiéramos decir: "tengo una idea de Dios, por lo tanto, tengo una experiencia de Dios".



EL ARGUMENTO COSMOLÓGICO

También éste se ha presentado en diversas formas. En lo general se admite que es así: Todo lo que existe en el mundo debe tener una causa adecuada, y siendo así, también el universo la debe tener, es decir, una causa indefinidamente grande. A pesar de todo, este argumento no convence a todos. Hume puso en duda esta ley de causación, arguyendo en contra de ella, y Kant indicó que si todo lo que existe debe tener una causa, esto también tiene que aplicarse a Dios, con lo cual nos internamos en una cadena sin fin. Además en el argumento no se necesita la presuposición de que el cosmos tiene una causa única, personal y absoluta y por tanto no alcanza a probar la existencia de Dios.

Esta dificultad condujo a formular el argumento en forma algo diferente, como lo hizo, por ejemplo, B. P. Bowne. El universo material se presenta como un sistema recíproco, de lo que depende su unidad compuesta de varias partes. Luego pues, debe haber un Agente Único que equilibra la reciprocidad de las diversas partes, o que constituye la razón dinámica de su existencia.



EL ARGUMENTO TELEOLÓGICO

También es éste un argumento causal y resulta prácticamente una extensión del anterior. Se puede formular como sigue: Por dondequiera que el mundo se contemple, revela inteligencia, orden, armonía, y designio, denunciando así la existencia de un ser inteligente y de firmes designios tal como lo exige la producción de un mundo tal.

Kant considera que éste es el mejor de los tres argumentos que hasta aquí hemos expuesto; pero alega que no prueba la existencia de Dios, ni de un Creador, sino solamente la de un gran Arquitecto que diseñó el mundo. Supera al argumento cosmológico, en que pone en claro lo que aquel no explicó, es decir, que el mundo contiene evidencias de una inteligencia y un designio, y por eso conduce hasta la existencia de un ser consciente, inteligente y de invariables designios.

No se sigue necesariamente que este ser sea el Creador del mundo. "La evidencia teleológica", dice Wright4, "indica solamente la probable existencia de una mente que está encargada, cuando menos de una gran parte, del control de los procesos del mundo, en suficiente medida para justificar la suma teleológica que se descubre en él." Hegel trató este argumento como válido; pero subordinado. Los actuales teólogos sociales lo rechazan 4 A Student's Philosophy of Religion, pág. 241. 13 juntamente con los otros argumentos como ya muy gastados; pero los Nuevos Teístas lo retienen.



EL ARGUMENTO MORAL

Este, como los otros argumentos, también admite diversas formas. Kant partió del imperativo categórico y de allí dedujo la existencia de alguien que como Legislador y Juez tiene absoluto derecho de gobierno sobre el hombre. Estimaba que este argumento superaba en mucho a cualquiera de los otros. En su intento de probar la existencia de Dios confiaba principalmente en este argumento. Podría ser ésta una de las razones por las que este argumento es más generalmente aceptado que otro cualquiera, aunque no todos lo formulan de la misma manera. Algunos fundan su razonamiento en la disparidad que frecuentemente se observa entre la conducta moral de los hombres y la prosperidad que gozan en la presente vida, y sienten que tal desequilibrio demanda un ajuste en el futuro, lo cual a su vez requiere que haya un Árbitro justo.

La teología moderna lo utiliza extensamente, diciendo que el reconocimiento por el hombre de un bien supremo y su búsqueda del ideal moral exigen y necesitan la existencia de un Dios que convierta en realidad ese ideal.

Aunque este argumento señala la existencia de un ser santo y justo, no obliga a la creencia en Dios, el Creador, de infinitas perfecciones.



EL ARGUMENTO HISTÓRICO O ETNOLÓGICO

Su forma principal es la siguiente: Entre todos los pueblos y las tribus de la tierra se encuentra un sentimiento de lo divino, que se manifiesta en culto externo.

Siendo universal este fenómeno, debe pertenecer a la misma naturaleza del hombre. Y si la naturaleza del hombre tiende a la adoración religiosa, esto sólo hallará explicación en un Ser superior que dio al hombre una naturaleza religiosa.

En respuesta a este argumento, sin embargo, se dirá que este fenómeno universal pudo haberse originado en un error o equivocación de algunos de los primitivos progenitores de la raza humana y que el culto religioso que se cita aparece con mayor fuerza entre las razas primitivas, y desaparece a medida que éstas avanzan en la civilización.

Evaluando estos argumentos racionales se debe indicar ante todo que los creyentes no los necesitamos. No depende de ellos nuestra convicción de la existencia de Dios, sino de que aceptamos con fe la revelación que de sí mismo ha hecho Dios en la Escritura. Si hay tantos en la actualidad que quieren afianzar su fe en la existencia de Dios sobre tales argumentos, se debe en gran parte a que se rehúsan a recibir el testimonio de la Palabra de Dios.14

Además, en un intento de utilizarlos para convencer a los incrédulos será bueno no olvidar que ninguno de ellos puede conducir hasta una absoluta convicción.

Nadie hizo más para desacreditarlos que Kant. Desde entonces, muchos filósofos y teólogos los han deshecho como notoriamente desprovistos de valor; pero actualmente una vez más están volviendo a la atención general y el número de quienes los aceptan va en aumento. El hecho de que hoy mismo sean muchos los que en ellos encuentran indicaciones satisfactorias de la existencia de Dios, puede tomarse como una señal de que no están enteramente desprovistos de valor.

Tienen algún valor para los mismos creyentes; pero los llamaremos "testimonios" más bien que argumentos. Tienen importancia como interpretaciones de la revelación general de Dios, y exhiben cuán racional es creer en un Ser divino. Todavía más; pueden servirnos de algo para hacer frente al adversario, aunque no prueben la existencia de Dios fuera de toda duda, como para obligar a su aceptación; pueden formularse en términos que establezcan una fuerte probabilidad, y en consecuencia silencien a muchos incrédulos.



PREGUNTAS PARA AMPLIAR EL ESTUDIO

1. ¿Por qué se inclina la teología moderna a dar precedencia al estudio del hombre más bien que al estudio de Dios?

2. ¿Prueba o no, la Biblia, la existencia de Dios?

3.  Si la prueba, ¿cómo lo hace?

4. ¿De dónde procede el "sentido de lo divino" que es general en el hombre?

5. ¿Hay naciones o tribus desprovistas de este sentido?

6. ¿Se puede sostener la afirmación de que no existen ateos?

7. ¿Deben clasificarse los humanistas de hoy como ateos?

8. ¿Qué objeciones hay en contra de la identificación de Dios con el Absoluto de la

Filosofía?

9.  ¿Satisface las necesidades de la vida cristiana un Dios finito?

10. ¿Se limita a los Pragmatistas la doctrina de un Dios finito?

11. ¿Por qué es la idea de un Dios personificado una pobre sustitución del Dios

Viviente?

12. ¿Cuál era la crítica de Kant contra los argumentos de la razón especulativa a favor de la existencia de Dios?

13. ¿Cómo debemos juzgar la crítica de Kant?




LITERATURA PARA CONSULTA15

1. Bavinck, Geref. Dogm. II, páginas 52,74

2. Beattie, Apologetics. páginas 250, 444

3. Beckwith, the Idea of God. páginas 64,115

4. Bringhtman, the Problem of God. Páginas 139165

5. Dabney, Syst. and PoIem. Theo. Páginas 5,26

6. Edward, The Philosophy of Rel., páginas 218, 305

7. Galloway, The Phil. of Rel. páginas 381,39 4

8. Hodge, Syst. Theo. I, páginas 202 243

9. Knudson, the Doctrine of God. páginas 203, 241

10. Kuyper, Dict. Dogm. De Deo I, páginas 77 123:

11. Macintosh, Theo. As an m Empirical Science, páginas 90,99

12. Robinson, the God of the Liberal Christian. Páginas 114,1 49

13. Shedd, Dogm. Theo. I, páginas 221,248

14. Thompson, the Christian Idea of God. Páginas 160,189

15. Wright, A Student's Phil. of Rel. Páginas 339 390

Vía: Luis Berkhof