lunes, 27 de abril de 2009

Consejos prácticos para evitar caidas sexuales (parte 2)

UN PLAN DIVINO QUE DEBEMOS CONOCER
Las relaciones sexuales fueron diseñadas por Dios para el desarrollo de la familia, la propagación de la raza humana y para el placer, ignorar este plan divino para la vida matrimonial produce serias consecuencias en la relación conyugal.

No importa cuán ingenioso sea el plan humano para la vida conyugal, nunca funcionará si no se basa en la intención del Creador. No existe duda de la intención de Dios de que mediante la relación sexual entre un hombre y una mujer con un compromiso para toda la vida, se propague la raza humana en un contexto de familia. No hay dudas de que Dios quiso que ese encuentro de procreación se caracterizara por ser una experiencia placentera y hermosa.
Observe Génesis 4:1 donde dice que Adán conoció a su mujer Eva. La palabra conocer describe la primera relación sexual. Producto de esta relación Eva concibió y dio a luz a Caín. Es importante lo que ella declara: Por voluntad del Señor he adquirido varón. Esta declaración certifica que el acto sexual del hombre y la mujer era el instrumento elegido por la voluntad de Dios para traer al mundo un varón. Fue Dios el que soberanamente estableció que las relaciones sexuales fueran el método de reproducción.
No es voluntad de Dios que un hombre comience a diseminar hijos producto de su unión con cualquier mujer que le dé la oportunidad o con cualquier mujer que sienta pasión. Aunque en el inicio permitió las relaciones sexuales entre familiares para continuar la propagación de la raza humana, posteriormente, cuando se cumplió el propósito, Dios las prohibió. Dios quiso que las relaciones sexuales produjeran hijos que fueran criados por un padre y una madre. Al inicio de la primera relación matrimonial Dios dice: “dejará el hombre a su padre y a su madre”. Esto significa que debe comenzar una nueva familia bajo su responsabilidad, luego de que él mismo se formó en su núcleo familiar. Luego agrega: “y se unirá a su mujer”. No dice que se unirá a cualquier mujer, o que él y una mujer al azar “serán una sola carne”, ni que tendrá hijos con una mujer cualquiera o tendrá relaciones sexuales con quien sea y sin responsabilidad de iniciar una familia. Dios determinó que existiera una relación matrimonial que se inicia cuando la pareja se separa de sus respectivos padres, lo cual se basa en el compromiso de estar unidos hasta la muerte, y determinado por el concepto de vivir en unidad y plena intimidad.
Para apoyar la declaración de que Dios creo el sexo también para el placer, debemos estudiar en la Biblia el libro de Cantar de los Cantares. Este pequeño libro describe el placer sexual que se experimenta en la vida conyugal. Dios determinó que existieran las sensaciones, lo diseñó para que existiera el placer. Con absoluta seguridad podemos determinar que según el consejo bíblico el placer sexual no es pecado cuando se realiza conforme al plan divino; cuando esta relación íntima se lleva a cabo dentro del matrimonio y conforme a los principios de Dios. Tampoco las palabras del proverbista están equivocadas, más bien nos presentan con claridad mandamientos específicos con respecto a la relación de un hombre con su esposa. Estas palabras dirigidas al hombre dicen: “Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud, como sierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre” (Proverbios 5:18-19).
Dios ordenó el matrimonio para que en él, el hombre y la mujer encuentren satisfacción a sus necesidades físicas y emocionales. Es un grave error creer que el sexo es un fin en sí mismo, pues lo que sí es evidente es que solamente es un medio para lograr fines loables. Si el acto sexual es la consecuencia de una buena comunicación y de una relación integral de una pareja unida en matrimonio, ha cumplido con el propósito divino, de lo contrario se convierte simplemente en un acto carnal. Si la relación sexual no se fundamenta sobre la base del amor y del aprecio, si su cimiento no es una buena comunicación, indudablemente sólo se convertirá en un acto carnal, no en un acto de placer integral. Cuando las relaciones sexuales funcionan adecuadamente, bajo los términos escritúrales y supliendo las necesidades de ambos cónyuges, se establece un nexo tan firme que puede hacer que el matrimonio sea lo suficientemente fuerte como para permanecer.
Lo más importante en las relaciones sexuales en el matrimonio es que la pareja aprenda lo imprescindible que es el respeto de los valores y los sentimientos de la persona amada, y que aprendan en unidad el arte de satisfacerse mutuamente.
Por otra parte, hay quienes por tener convicciones obtenidas por una interpretación incorrecta o incompleta de las Escritura creen que el sexo es algo pecaminoso y que debe evitarse. En la Biblia no encontramos ningún llamado a pecar. El llamado es a abstenerse de lo pecaminoso. Si el apóstol exhorta a los casados a no abstenerse de las relaciones sexuales, obviamente el sexo no es pecaminoso. Usted puede estudiar la veracidad de estas declaraciones y examinar estas afirmaciones si estudia el claro mandato del apóstol Pablo que aparece en 1 Corintios 7:5. Pablo habla sobre las relaciones sexuales dentro del matrimonio y en ese contexto dice: No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.
Si analizamos la enseñanza literal de éste versículo, llegaremos a algunas sencillas, pero evidentes conclusiones. En la declaración que dice “No os neguéis” existe una clara prohibición. Los cónyuges no deben negarse a tener relaciones sexuales a menos que existan elementos pecaminosos que deban rechazarse. Un cónyuge puede negarse en caso de enfermedad. Sin embargo, en circunstancias normales, la única excepción es el llegar a un acuerdo que obviamente requiere el consentimiento mutuo y en el cual debe existir un propósito espiritual legítimo. Quienes rechazan tener relaciones sexuales regulares en su matrimonio abren la puerta para que Satanás entre con sus tentaciones y motive a alguna caída en adulterio que atente contra la continuidad del matrimonio conforme al deseo divino.
No hay dudas en las escrituras. Las relaciones sexuales son un diseño divino para que mediante ellas tengamos hijos de forma placentera y dentro de la vida de familia, con un compromiso de amor, respeto y fidelidad hasta la muerte.

Publicado por la Pastoral Juvenil

5 comentarios:

IBRAHIM Y VANESSA dijo...

Dios dice “Sí”, a la realización sexual, pero con ciertos términos específicos. Y cualquier otra manera es prohibida, declarado ilegal. Es declarado prohibido e ilegal, porque con el tiempo, destruye a las personas. Tarde o temprano destruye a la persona.
Las buenas noticias, es que el Dios vivo quien perdona y restaura, es un Dios que quiere hacer algo más que perdonar y restaurar. El quiere conservarlo a usted de caer. El quiere guardarlo en rectitud. Quiere llevarlo a usted a su casa, hogar en salud…Dios nos da poder para guardarnos en fuerza y sabiduría…
Es importante que sigamos juntos en la Palabra de Dios, pero quiero que no tomemos una posición contra la sexualidad del hombre. Muchos tienen la idea que el sexo es algo que debemos negar…no es la verdad. Dios creó esta capacidad en nuestras vidas y quiere que sea realizada y que nosotros seamos realizados.
Del otro lado hay personas con libertinaje y desenfreno, quienes dicen que usted puede hacer lo que quiera, sin una licencia. RELATIVISMO ES ESO… todo depende de sus sentimientos. “Si te sientes bien hágalo”. La licencia son sus sentimientos. Lo que te hace sentir bien para usted o con usted, disfrútalo.
Es lo contrario de lo que la Biblia nos enseña. Somos llamados a negarnos a nosotros mismos, pero no es para negar lo que somos , porque somos creados para ser.. pero sí NEGAR EL CONSEJO DEL MUNDO y el dios de los sentimientos y recibir el consejo de Dios y su Espíritu Santo, Su Palabra. Dios nos llama a negarnos a nosotros mismos, en consentir los caprichos de uno…porque allí hay una pérdida de vocación… pocas personas piensan o viven sobre lo que son llamados o creados a ser… “Sólo lo que yo siento hacer”. El mundo los llama BUENO, “chévere”, “pura vida” pero DIOS DICE LO CONTRARIO. Cada año es peor… más degradación…yo no sé como las personas se complican tanto la vida…

IBRAHIM Y VANESSA dijo...

El romance es sagrado. El Romance no tuvo su origen en el hombre sino en Dios. Dios es romántico. Uno lo encuentra en la Biblia buscando al ser humano y nos habla con palabras de amor. Nos ama tanto que él no permite que nuestro pecado, nuestra torpeza, nuestra idolatría nos robe su amor por nosotros. No importa lo que hagamos ni donde vayamos, Él nos sigue amando y nos sigue buscando. Eso es romance. Es ese mismo romance que Dios quiere que guardemos en nuestro matrimonio.

Jhon Colmenares dijo...

oye yo habia escrito una pregunta en el link del face pero no consigo el articulo.. si me pueden ayudar se lo agradezco, es de importancia su opinión.

José Piñero dijo...

Saludos Jhon, en facebook está publicado este artículo por parte de la pastoral juvenil, en mi caso no administro aquello pero esto si. Si estás interesado podría responder si me mandas el mensaje por este medio, sino esperamos que los muchachos respondan o que alguien te de la indicación esperada.Dtb

José Piñero dijo...

Saludos Jhon, en facebook está publicado este artículo por parte de la pastoral juvenil, en mi caso no administro aquello pero esto si. Si estás interesado podría responder si me mandas el mensaje por este medio, sino esperamos que los muchachos respondan o que alguien te de la indicación esperada.Dtb